• Análisis de requisitos: Comprender las necesidades del usuario y los objetivos del software. Se recopilan y documentan los requisitos funcionales y no funcionales.

• Diseño arquitectónico: Se define la estructura global del software, identificando los módulos, componentes y su interacción. Esto establece una base sólida para el desarrollo del sistema.

• Diseño detallado: Se definen los algoritmos, estructuras de datos y lógica interna de los componentes del sistema. Se especifican los detalles de implementación y se crean diagramas y modelos que representan la estructura y el flujo del software.

• Diseño de interfaz de usuario: Se define la forma en que los usuarios interactuarán con el software. Esto incluye el diseño de la interfaz gráfica, la disposición de elementos visuales y la usabilidad general del sistema.

• Pruebas de diseño: Se realizan pruebas y revisiones para evaluar la eficacia del diseño y su conformidad con los requisitos establecidos. Se identifican posibles mejoras y se realizan ajustes si es necesario.

 

El diseño de software se basa en principios de modularidad, cohesión, bajo acoplamiento y reutilización de componentes. También se tienen en cuenta consideraciones de rendimiento, seguridad, mantenibilidad y escalabilidad durante todo el proceso.

En resumen, el diseño de software es un proceso crucial que establece los cimientos para el desarrollo de un sistema de software exitoso. Se centra en la creación de una estructura lógica, funcional y eficiente que cumpla con los requisitos del usuario y brinde una experiencia de usuario satisfactoria.